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Lady Madrid visita Sevilla

El pasado fin de semana, Pereza visitó Sevilla. Lo hizo en el auditorio Ál Andalus del Palacio de Exposiciones y Congresos, ante unos centenares de personas. Lo hizo en una sala que apuntaba a concierto acústico, aunque luego no se cumplieran las sospechas.

Abrió la noche Ragdog, los chicos de ese Dónde estabas que va sonando mucho, tanto que se pudieron sentir arropados cuando sus seguidores (más seguidoras) entonaron su letra, terminando de subirle el telón al dúo de Madrid.

Luego luces, ajustes y rejustes, oscuridad y expectación. Hasta que Pereza hizo su entrada triunfal por la izquierda del escenario. Buena bienvenida la que tuvieron Rubén y Leiva, enfundados en sus clásicos pitillos ajustados, que bien pudieron dar una idea gráfica de lo que rodeaba a su Lady Madrid. Ellos, en su estilo, obsequiaron a sus asistentes con una de sus nuevas canciones: Leones.

Después de la introducción, el concierto se convirtió en un continuo, por donde pasaron la mayoría de sus hijas recopiladas en sus discos. Aproximaciones, Animales. Más Aproximaciones y, sobre todo, Aviones. No dieron tiempo a respirar a un público que solo usó los asientos para sentirse más arriba. Los madrileños apenas dijeron “esta boca es mía” entre canción y canción. El concierto llevaba un ritmo frenético.

Sus niñas lentas, como Llévame al baile, bajaron algo el ritmo (que no la intensidad) para ofrecer un trozo de Pereza íntimo, en el que incluso Leiva se puso tierno y confesó los recuerdos que le habían traído sus paseos del fin de semana por el barrio Santa Cruz, que había pisado en otros tiempos con una “chavala”. Se animó, por cierto, a hablar y cantar más, pues es Rubén quien había llevado la voz cantante.

Hasta que se fueron. Bueno no. Primero bis obligado, el de gracia. En el regalaron canciones como su Yo pienso en aquella tarde. Después se volvieron a ir. Nadie se movió de su sitio, primero exigiendo su Princesas, luego porque previendo que no había acabado viendo a su equipo afinar guitarras. La recta final vino precedida por una representación teatral de su canción Señor kioskero, útil en los tiempos que corren, con medias y pañuelos cubriendo la cabeza.

Fue Superyonkis la encargada de coronar la noche, después de más de dos horas ininterrumpidas de canciones made in Madrid, pero que sonaron muy bien en Sevilla.

A continuación, un montaje que de una ligera idea global, aunque sintiendo que no pueda ser con sonido en directo. (Vídeo: GradaCeroSevilla).

1 comentario:

  1. Ole tu! Vaya video que te has montado!! Yo lo quiero pa mi!! jaja!! Sigue blogueando un poco!!

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